-Imagen Catrin Welz-Stein-
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Observo y
palidezco.
Lo que a unos
les parece normal,
a otros nos
espanta.
¡Tanta humanidad
perdida!
¡Cuánto
desatino!
Y entonces,
quiero ser una
coliflor
dormida en un
huerto.
Recibir los
cuidados del sol,
cuando el clima
lo permita,
y embeberme del
agua que nutre.
Estar a salvo,
cobijada entre
calabacines,
puerros y
calabazas.
Intocable
para aquellos
que aborrecen,
a tan noble
vegetal,
y apreciada, por
los que dicen,
estar a salvo de
la violencia.
Podéis comerme,
-siempre nos
devoramos-,
pero con
delicadeza.
A veces,
mi pensamiento
raya la metáfora.
O la locura.
-Verónica Calvo-
-Verónica Calvo-