-Imagen
Marcela Bolívar-
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Que
impere el silencio
para
que callen los agravios.
En
este crepúsculo dorado
no
ha de haber palabras.
Hay
en la rompiente
un
eco de agua,
un
rumor que sosiega
y
adormece el alma.
Ahora
vendrá la luna
a
acompañar a los silentes;
a
todos los desesperanzados
que
se apartan de los gritos
y
aullidos soportados.
Que
impere el silencio
en
este día que acaba.
-Verónica
Calvo-