-A la memoria de mi tío Rafael-
Lugar que trenza
el verde hierba
con la piel negra.
Se mete en las venas,
se hace sangre
con la tuya,
y lleva el tambor
en su pálpito.
Se nutre de la árida tierra,
del sol que deseca las fuentes
y acompasa su latido en ritmos
ancestrales que huelen a fuego,
a piel oscura sobre la hierba
y a noche de luna inmensa.
Quiere poseer el amanecer,
plasmar entre aguas azules
cada paisaje que habita.
Quiere ser aquella planta
arrancada en la penumbra
que al nuevo sol le dignifica.
Y quedó prendado de sus aires…
Y brotó
una lágrima al recordarlo…
Verónica Calvo
-Imagen tomada de la red-