-Imagen
Marcela Bolívar-
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Que
impere el silencio
para
que callen los agravios.
En
este crepúsculo dorado
no
ha de haber palabras.
Hay
en la rompiente
un
eco de agua,
un
rumor que sosiega
y
adormece el alma.
Ahora
vendrá la luna
a
acompañar a los silentes;
a
todos los desesperanzados
que
se apartan de los gritos
y
aullidos soportados.
Que
impere el silencio
en
este día que acaba.
-Verónica
Calvo-
28 comentarios:
Qué belleza!
necesito ese silencio, me hace revivir,me hace reconectar con lo esencial, lo interno.
Precioso Vero, un abrazo enorme!
Es como un grito ahogado...
Un abrazo y feliz jueves.
todos los imperios se trasforman en verdugos con el paso del tiempo,
a veces soportar en descampado el embate nos hace más fuertes y más independientes , puede que nos lleve la vida , pero dejaremos la simiente latente
besitos de sol verito
muchas gracias
Que impere el silencio y que reincida. Que su eco nos devuelva más prudentes
y más sabios.
Gracias por traer palabras que lo vuelven dulce, poeta.
Eres una poeta delicada, más aroma que olor, más flor que tallo.
Un beso, Vero.
Silencio... tan necesario.
Es un bellísimo poema. Me encanta.
Gracias, Verónica. Muchos besos
Gracias por compartir tus poemas.
Me alimentan.
En serio, muchas gracias.
Besos.
Está claro que a veces no sabemos valorar el momento de silencio como se merece. Me ha gustado mucho el poema, aunque el verso final, si me lo permites, me parece que rompe un poco con la rima del resto. Aun así, es un poema precioso y muy sugerente. Un abrazo.
A veces el silencio es necesario por lo que dices, lunaroja.
Abrazo grande.
Lo es, Rafael.
Cuando se necesita el silencio, los gritos callados aparecen.
Abrazo y buen finde.
Así es, Elisa.
Todo acaba haciéndonos fuertes y hasta independientes, de cualquier parcela.
A veces te dejas a vida, sí.
Besos de sol para ti también.
Sea, Marian.
Me alegra verte.
Gracias a ti, siempre.
Un abrazo grande.
Gracias por tus palabras, Pitt, animan el día.
Besos.
Gracias a ti, Maite, por tu presencia, siempre.
Besos.
Pues si te alimentan, me alegra entonces escribirlos.
Gracias a ti siempre, Toro Salvaje.
Bss.
Claro que te lo permito, Sechat, así se sigue aprendiendo.
El final es algo brusco, sí.
Abrazo.
Qué bello y sutil como todo tu arte.
El silencio es bálsamo pero puede ser grito también.
Un beso querida amiga.
Cierto, Luján, incluso puede ser agobiante.
Gracias por tus palabras.
Besos.
Cuando el silencio habla
que se calle todo
lo que no se quiere oir.
Precioso poema.
Besos
Bello poema....bello tu sentir....saludos
Lo que no se quiere oír, qué verdad, mi querida Marisa.
A veces no es el momento de escuchar. Todo tiene su tiempo.
Gracias por pasar por este poema.
Besos.
Agradecida, Sandra.
Saludos.
El silencio y el ruido del agua renuevan y reconfortan, sin duda alguna...Todos necesitamos un largo baño de silencio para empezar de nuevo cada día, Verónica.
Mi felicitación y mi abrazo por tu inspiración.
Así es, querida María Jesús. Hay silencios nos fortalece y sosiega.
El sonido del agua unido al silencio, además, reconstruye.
Gracias por tu presencia en este poema.
Abrazo enorme.
Muchas veces necesito esos silencios de los cuales escribes, los dices con mucha naturalidad :* Besos Verónica.
El silencio es también necesario. Vivimos con demasiado ruido interno y externo.
Bedos, Patty.
Delicadeza, me encanta.
Y el silencio lo necesito a diario. En verano, dispongo de más tiempo para poder disfrutarlo.
Es un poema bellísimo.
Un beso, querida amiga.
Es necesario. Vivimos con mucho ruido interno y externo.
Gracias, querida Rosa. Besos.
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