Me
he acercado a sus pies,
me
he sentado y he apoyado la espalda,
primero
en silencio, mirando el suelo,
las
ramas secas, la hojarasca.
Después
me he incorporado,
cuando
he llenado el pecho de desdicha
y
me ha faltado el aire por callarla.
Algunas
veces, con el cielo entre sus copas,
no
he podido contenerme.
A
todos ellos he contado en voz alta
lo
que pasaba
y
les he pedido ayuda.
No
han dicho nada,
pero
tampoco se han ido de mi lado.
Tan
solo susurraban,
susurraban
sin palabras.
No
hacían falta.
Susurrando
como madres amorosas
con
sus ramas y sus hojas
me
calmaban.
15 comentarios:
Precioso poema sobre la terapéutica de la naturaleza y en particular de los árboles. Gracias por pescarlo para nosotros, la belleza nunca sobra y también es sanadora.
para mí un hallazgo Verónica
existen tantos poetas como estrellas en el firmamento, y uno apenas alcanza a saber un puñado
buen fin de semana
bss
Que poema más *____* precioso
Un beso^^
LINDISIMOOOOO TEXTO. GRACIAS.
BESOS
Los árboles son Dioses.
Todos.
Besos.
Que bonito, la naturaleza sabe como aplacar nuestros nervios y calmar nuestras ansias. Un gusto volver por tu blog. Besitosss.
Precioso, precioso, abismarse en ella...
Qué precioso.
Ya realicé el pedido directamente a la editorial, es más rápido. Gracias por la información, querida Verónica.
Te avisaré cuando llegue, ¡estoy deseando leerlo!
Un beso, con mucho cariño.
Priego ha dejado un nuevo comentario en su entrada "J León Acosta: Algunas veces":
Preciosos poema Verónica, gracias por compartirlo.
Un abrazo.
Me uno al coro de voces: me ha gustado. Ya sabes de mi afición por los árboles. Y la música, más que adecuada.
Un abrazo
De Patricia Hernández por e-mail:
pura. Te llega y te hace recordar a uno mismo.
¿Cuántas veces no nos habremos sentado debajo de un árbol? Sabio y silencioso, abriendo nuestro corazón. Muchas..
De Patricia Hernández por e-mail:
pura. Te llega y te hace recordar a uno mismo.
¿Cuántas veces no nos habremos sentado debajo de un árbol? Sabio y silencioso, abriendo nuestro corazón. Muchas..
Me ha encantado este poeta, Verónica...Lleva la autenticidad del bosque en la piel y nos impulsa a seguir su camino...Mi gratitud y mi abrazo inmenso por esta maravilla.
M.Jesús
Entre los árboles y el mar... no hay mujer lugar para perderse, algunas veces...
Besos, Verónica.
Belleza de poema. Fluye con tanta delicia que es necesario releerlo.
Abrazos.
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