16 de mayo de 2019

Madrid

-Imagen tomada de la red-
Aquí, Madrid,
más o menos
como siempre.
Otro día anodino,
impersonal y bullicioso.

Nada nuevo que contar.

En el metro,
la fila para adquirir el billete,
se me antoja kilométrica.
El andén suda,
entre cuerpos impacientes,
por el retraso del tren.

Yo, leo.
Paciente y mansa.
Como una oveja.
Yo, siempre, leo.

Afuera,
en esa superficie contaminada,
donde el anonimato está asegurado,
hay:

atasco de coches.
Atasco de ¿vivientes?
Atasco de sueño.
Atasco de insatisfacción.

Es el Madrid,
del maratón diario.
Ya os lo he dicho,
todo está,
más o menos,
como siempre.


-Verónica Calvo-

35 comentarios:

Verónica Calvo dijo...

Paso a leerles en estos días.

Gracias por sus comentarios y compañía!!!

Rafael dijo...

Es la rutina diaria de la gran ciudad...
Un abrazo.

lichazul dijo...

este poema se puede extrapolar a cualquier urbe del mundo
acá no es distinto

besitos de sol

Verónica Calvo dijo...

Sí, Rafael.
Por un lado tienes de todo y por el otro, carecer de tanto.

Abrazo.

Verónica Calvo dijo...

Sí, Elisa. Las ciudades son así.
A Santiago le sumamos el smog casi continuo, que no dista mucho de lo que pasa aquí. Madrid vive bajo una cúpula de contaminación, que llamamos boina.
Qué triste.

Besos de sol para ti también.

Carmen Silza dijo...

Madrid es hermosa, pero tiene todo eso que has nombrado.
Pero no sólo Madrid, la rutina está en todo lugar. Llevar un libro es lo ideal,pero cuidado,que te puedes despistar, yo en el autobús me pasé tres pueblos. Me ha gustado la ocurrencia y la forma que le has dado Verónica.
Feliz día amiga.

Verónica Calvo dijo...

Me parto, Carmen. El martes me pasé tres estaciones por culpa de Raymond Carver.
Me alegra que te guste este poema.

Buen día y besos :)

Maite dijo...

Tu poema el contrapunto al día de ayer...
A veces, parece que somos bocanadas de gente corriendo, robots que suben las escaleras sin pensar en el de al lado. Cabezas cabizbajas por temos a que alguien nos salude.

Además el calor se ha echado encima, pesa como una manta toledana.

También voy leyendo en el metro, parece que el viaje se hace más liviano, ahora me toca David Foenkinos y su biblioteca de libros rechazados.

Besosssss y feliz lectura y feliz día

Verónica Calvo dijo...

Ayer fue un día criminal, Maite.
Estaciones del centro cerradas desde hace ni se sabe, aglomeración, calor insoprtable... dímelo a mí, que tengo que ir a zona Banco de España!!! Y sí, cabezas bajas o metidas en pantallas.
Deseando que llegue mañana y refresque. Y perder de vista el centro hasta el martes.

Anoto el libro que lees para curiosearlo :)

Besos y agua fresca.

TORO SALVAJE dijo...

El horror de las grandes ciudades.
A fuerza de batallar he conseguido trabajar cerca de casa y poder ir dando un paseo... el no tener que utilizar transporte público es una bendición, es que no lo soporto, nos tratan como si fuéramos ganado.

Besos.

Laura dijo...

Un mal día? Espero que con la lectura se pasara mejor... Beso grande

lunaroja dijo...

Qué difícil aislarse de esa marea que nos caotiza y nos hace ovejas,como dices...
Hermoso y tan real poema. Hasta lo cotidiano y lo rutinario se hace bello en tus versos!
Un beso!

Noelplebeyo dijo...

Mira al campo

La sierra

Besos

Verónica Calvo dijo...

Toro Salvaje, y tanto que nos tratan como a ganado. Cada vez que hay movida en Metro, se eternizan en las estaciones, van a frenazos y tardan más en llegar los trenes que lo que dicen.
Me alegro que hayas conseguido trabajar cerca de tu casa, así se hace más llevadero :)
Las ciudades son una prueba de resistencia.

Bss.

Verónica Calvo dijo...

Laura, sobre todo por el calor agobiante que hizo. El centro de Madrid está hecho un caos.
La lectura, estupenda :)

Besos grandes van.

Verónica Calvo dijo...

Agradecida, lunaroja :)
Sí que es difícil, pero no imposible. Las ciudades te dan anonimato y hasta casi invisibilidad, sobre todo en el metro en horas punta. Te llevan por delante, te empujan... vamos, que eres transparente. Malos modos y demasiada prisa.

Besos.

Verónica Calvo dijo...

Profe, cada vez que puedo, me voy a la sierra :)
Desde mi ventana, además, la veo a lo lejos. No todo está perdido :D

Besos.

Sergio dijo...

Maravilloso y sorprendente poema. Me ha parecido ver una salida de tus habituales temas pero me engaño. Porque lo cierto es que te sueles desmarcar bastante y salir de eso que he llamado "tus temas". El estilo está ahí en cualquier caso. Y las buenas metáforas como el andén que suda. He sentido que he estado en Madrid que es como mi Barcelona. Un lugar en el que tú como yo, nos resignamos entre las páginas de nuestros respectivos libros. Un abrazo y buen fin de semana.

Marian Ruiz dijo...

La bella Madrid con todos sus inconvenientes, que los tiene, y más cuando la quieren enguapar más de lo que es. Sigamos compadeciéndola (y compadeciéndonos) y, a pesar de todo, gozándola. Y entre nosotros, hagamos lo que podamos.
Gracias por el poema, bello como Madrid, como sueles, aunque venga con ese deje.

Un abrazo, poeta.

lichazul dijo...

muchas gracias Verónica por todas tus huellas :)
abracitos colorinches y energéticos
acá mucho frío esperando lluvias

Verónica Calvo dijo...

Gracias, siempre, Sergio, por tus palabras.
Bueno, "mis temas", para quienes me leéis desde hace años, creo que lo tenéis claros (a pesar de que suelen ser "oscuros"), pero de vez en cuando, me gusta salirme del tiesto.
Fíjate que te debo buenos ratos de trayecto, y más, porque gracias a ello, volveré a leer "El adversario" de Carrère (ya sabes por qué te lo digo). Sonrió.
Las ciudades tienen eso, que te quitan tiempo pero te lo dan para leer.
También escucho podcast y te recomiendo, por si lo conoces, "Negra y criminal". Una gozada.

Abrazos y a disfrutar del finde.

Verónica Calvo dijo...

Marian, a pesar de todo, te doy la razón: Madrid es bello :)
Está lleno de historia y de rincones increíbles, pero que por las prisas, pasamos por alto.
Y hablando de belleza: ya se engalana el Retiro para la Feria del Libro... ahí lo dejo ;)

Abrazo enorme.

Verónica Calvo dijo...

A ti, Elisa, siempre :)
Por acá ha refrescado. Ayer fue mortal, pleno verano, un horror.
Disfruta la lluvia, el otoño y el finde.

Besos van.

Amapola Azzul dijo...

La gran urbe es así.

Besos.

Rosana Martí dijo...

Aquí en Barcelona pasa lo mismo Vero, yo también leo, un instante en que me evado de todo el bullicio de la ciudad.

Besos!!

Verónica Calvo dijo...

Sí, amapola.
Pero también se disfruta.

Besos.

Verónica Calvo dijo...

Rosana, conozco bien Barcelona, otra ciudad preciosa con sus prisas.
Al menos nos podemos evadir :)

Besos.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Hay un estado de las cosas que se vuelve cotidiano. Como este de la espera del metro, y el mundo más allá de sus estaciones. Un abrazo. Carlos

Verónica Calvo dijo...

Cotidiano y por ende, pesado.
Más allá de las estaciones, el mundo.

Abrazo, Carlos.

Juan Ramón dijo...

Viví 10 años de mi vida el "los madriles", suficiente para entender lo que trasmites; aunque tengo hermosísimos recuerdos también

Verónica Calvo dijo...

Hola, Juan Ramón.
Entonces, qué te voy a contar :)
Las ciudades tiene estas cosas, que por un lado de estresan y por otro, te ofrecen mucho.
Me alegra que conserves buenos recuerdos de los madriles y los madroños.

Un abrazo.

Licaón dijo...

Me ha gustado mucho este poema Verónica =) Da bastante en qué pensar. Cómo de inevitable es la desconexión del individuo dentro de la masa. Cómo de alejada está la idea de comunidad en las grandes urbes. Cuánto merece la pena el camino (¿)escogido(?) por tantos. Dónde están las grandes y pequeñas soluciones, si es que las hay, a los grandes y pequeños problemas, si es que los hay.

Un abrazo =)

Verónica Calvo dijo...

Buena reflexión dejas aquí, Licaón :)
Queda tratar de hacerlo lo mejor posible, escuchar el interior y no cruzarse de brazos ante ciertas cosas o situaciones que pasan.
Cada cual va a lo suyo, hasta parece que molesta el resto de gente. Vivimos como si estuviéramos solos, con impaciencia y hasta con enfado e indignación.
Eso sí, cuando sucede algo grave, todo es solidaridad. Qué poca memmoria tenemos.

Abrazo!!!

Rosa dijo...

Sí, una sensación que no me gusta nada.
Viví una temporada allí, sí, lo comprendo.
Un buen poema.

Un beso, querida Verónica.

Verónica Calvo dijo...

Queeida Rosa, la gran ciudad tan llena de todo, verdad???
Gracias por tu presencia :)

Besos.