9 de julio de 2020

Lecturas recomendadas



Sinopsis de editorial Anagrama:

¿Quién es Gatsby, el personaje que da nombre a uno de los mitos creados por la novela del siglo XX? Jay Gatsby es un misterio, el hombre que se inventó a sí mismo y ha montado una inmensa fiesta para reconquistar a la deslumbrante Daisy Buchanan, que una vez lo quiso. Nadie sabe de dónde ha salido.
Estamos en la primera hora de la Edad del Jazz, en los felices y cinematográficos años veinte, en Nueva York, tiempo de diversión y emoción, orquestas y tiroteos. Gatsby vive en una fabulosa casa de Long Island, y a sus bailes acude «el mundo entero y su amante», cientos de criaturas a quienes no hace falta invitar, insectos alrededor de la luz del festín. La puerta está abierta, y la atracción más enigmática del espectáculo es el dueño de la casa, un millonario que quizá sea un asesino o un espía, sobrino del emperador de Alemania o primo del demonio, héroe de guerra al servicio de su país, los Estados Unidos de América, o simplemente un gángster, un muchacho sin nada que se convirtió en rico. Lo vemos con los ojos del narrador, Nick Carraway, que dice ser honrado y haber aprendido a no juzgar a nadie.
En el verano de 1922, buen año para la especulación financiera y la corrupción y los negocios que se confunden con el bandidismo, parece que sólo hubo fiestas y reuniones para comer y beber, y que pocas veladas acabaron sin perturbación. Hay amantes que rompen con una llamada telefónica la paz de un matrimonio, y una nariz rota, y un coche que se hunde humorísticamente en la cuneta, y un homicidio involuntario, y un asesinato, pero la diversión recomienza siempre. Jay Gatsby es un héroe trágico que se va destruyendo conforme se acerca a su sueño: la reconquista de una mujer a la que dejó para irse a la guerra en Europa. Quiere cumplir su deseo más inaccesible: recuperar el pasado, el momento en que conquistó a Daisy Buchanan.
La antítesis del desarraigado Gatsby es Tom Buchanan, marido de Daisy. Posee una identidad de hierro, sin discusión, ciudadano de valores sólidos, que cree en la familia, la herencia, el patrimonio y la supremacía de la raza blanca. Tiene una capacidad descomunal para imponerse.
Y alrededor de los Buchanan se fraguará un desgraciado pentágono amoroso, quebrado y desigual, como la sociedad de la época, tan igualitaria en sus espectáculos y diversiones democráticas.

Una novela corta llena de lirismo, delicadeza, simbolismo, ágil y con excelente narrativa. La traducción de editorial Anagrama, muy buena. Uno de mis libros favoritos. Os recomiendo leer esta novela sin prisas, disfrutando de cada párrafo. Si no habéis visto la película, la primera, dirigida por Jack Clayton, con Robert Redford en el papel de Gatsby, os la recomiendo también. Es fiel a los diálogos y escenas del libro.





Sinopsis de la editorial Cátedra:

El "Llano en llamas" es hoy un clásico de la literatura mexicana e hispanoamericana, y probablemente uno de los volúmenes de cuentos más traducido a otros idiomas en el mundo entero. Obra aparentemente sencilla resulta, sin embargo, profundamente desconcertante. En su unidad formal descansa una gran diversidad de lenguajes, registros y tonos con los que Rulfo aborda la problemática de una violencia multiforme -desembozada unas veces, insidiosa otras-, hasta tal punto naturalizada que ha dejado de reconocerse como tal. Sin embargo, el autor no la "refleja" ni la "denuncia", ni tampoco la pone en escena: la persigue hasta sus repliegues más recónditos, compenetrándose con el sentir de quienes la ejercen o la padecen, sin alcanzar a reconocerla las más de las veces. O más precisamente: antes que la violencia misma, lo que los cuentos de "El Llano en llamas" ponen en escena suele ser ese oscuro y confuso bregar con su impronta en el sentir de quienes se vieron alguna vez envueltos en ella, sin advertir entonces su verdadero rostro.

Para mí, uno de los mejores libros de relatos que me acompaña desde hace años. Juan Rulfo nos lleva a esos paisajes ásperos, donde se vive casi por inercia, donde la resignación tiene raíces profundas, pero también la rebeldía se abre paso entre la aridez.




Sinopsis de la editorial Visor de Poesía:

Lo público y lo privado. Lo mítico y lo cotidiano. Del Gólgota a Sebrenica. El árbol de la esperanza en Kolimá. La ironía de la vida en unos poemas cercanos como el ronroneo de un gato. En Zonas comunes se pulsan las angustias del hombre que viaja a nuestro lado en el metro, de nosotros mismos, con el aquipaje cada vez más ligero de ilusiones. Con el número del escarnio del INEM grabado en el antebrazo como los mártires camino de la cámara de gas. A Cleopatra le queda muy justo el biquini y el hombre de Neandertal vuelve a ser derrotado mientras tararea una canción de Demis Roussos. Un mundo en bancarrota donde es todo posible, hasta  que Benito Arias Montano le dibuje una coreografía submarina a Esther Williams. Son todas esas cosas que irrumpen en la edad media de nuestras vidas. Cuando ya se empieza a estar hasta las trenzas. Y el Windows Vista no hace sino actualizar nuestras heridas.

La sinopsis no está a la altura de este poemario de Almudena Guzmán, así que no os dejéis guiar por lo que dice. En el blog tenéis algunos poemas de ella. Una gran poeta.

30 de junio de 2020

Desde el acantilado

-Imagen Elena Baca-



Allá a lo lejos,
donde la rompiente se vuelve eco,
una silueta planea sobre la sombra.

La tarde va muriendo
y se adorna con el rumor de las olas.

Crece el azul oscuro en el cielo
(hasta volverse tan profundo como el océano).

Avanzas entre la espuma,
de este ocaso,
y te disuelves en la sal
que sobre las piedras, reposa.

Es solo un recuerdo,
un momento que al instante olvido.

Merece la pena volar al lucero vespertino.

A lo lejos escucho
el eco, que deja la rompiente,
contra las rocas.

-Verónica Calvo-

17 de junio de 2020

Un poema de Sam Shepard

-Imagen tomada de la red-

La gente de aquí
se ha convertido
en la gente
que finge ser



27/7/81
Los ángeles, Ca

(De Crónicas de motel)


10 de junio de 2020

A mi padre

-Imagen Duy Huynh

En este instante,
no hay prisa,
ni cosas por hacer,
ni lugares a donde ir.

La imagen es nítida
a pesar de tantos años.

La madrugada.
El calor que hacía.
Aquel estar en el no estar.
La quietud.
La extrañeza.

Lo insondable.

Queda tanto por delante,
como poco hacia atrás.

Queda lluvia,
sol y viento.

Días. Noches. Noches. Días.

Y en todo, tú.

-Verónica Calvo-